Los ejercicios del Yoga no sólo fortalecen el cuerpo, sino que también proporcionan salud mental.
El cuerpo humano está diseñado para moverse y si no cumple con esta función se va debilitando lentamente; con el ejercicio el corazón responde bombeando más sangre ocasionando que el sistema circulatorio se active y pase más sangre a las venas y arterias para favorecerlas.
La práctica de Yoga nos brinda grandes beneficios espirituales y físicos. Nos hace más conscientes de las necesidades del cuerpo, retrasa el proceso de envejecimiento, mejora el estado de ánimo, aumenta la energía vital, oxigena y limpia los órganos beneficiando el sistema cardiovascular, digestivo y respiratorio. A pesar de que esta disciplina no requiere un gran gasto de energía y no te deja exhausto como otras actividades (correr, nadar o asistir a un gimnasio) el yoga implica un gran esfuerzo físico, puesto que las clases se combinan con una gran variedad de posturas que requieren de mucho esfuerzo, fuerza, flexibilidad y concentración para llevarlas a cabo.
Después de hacer ejercicio o una actividad física tendemos a cansarnos mucho y esto es porque nuestro cuerpo se deshidrata, es decir que perdemos hidratos de carbono que son almacenados en forma de glucógeno en el organismo. El Yoga al ser un ejercicio respiratorio y energético puede estimular hasta la última célula de nuestro ser, brindarnos resistencia, fortalecimiento en los músculos, huesos y articulaciones, así como desarrollar la consciencia mental sin cansarnos.
Si deseas iniciarte en esta práctica milenaria toma en cuenta que no es deporte de competición, el límite en las posturas te lo pones tu misma, pues lo importante no es lograr hacer todas las posturas, sino hacerlas de forma adecuada para tu cuerpo. El yoga además de ser una serie de técnicas antiguas es una actitud y un estado mental que nos lleva a un alto nivel de consciencia, salud y plenitud, si bien esta práctica cuenta como un ejercicio, no sustituye los beneficios del deporte aeróbico.
Namaste,